Cada mirada ensordece mi camino,
Y ya según lo que van repitiendo mis latidos,
Es fácil esperar que retire lo prometido.
¡Es que olvidarte resulta tan ambiguo,
Como querer reparar a este corazón adolorido,
Que insiste en recordarte más que como tú amigo,
Buscándote como esposo, amante o bandido!
¡¡Quiera Dios que se cumpla con lo requerido!!
Que el destellar de tus ojos, combine con el fuego herido;
Que aquel que buscas como tú amante, o eterno bandido,
Se fije un poco más en el presente, que en el pasado destruido.
¡Es que perderte suena a papel molido!;
Una redundancia del quehacer del que fue mordido,
Por tus labios, por tú olor y por tú amor confundido,
Que espera que en otro momento: "Tú y yo, con el cielo recién amanecido".
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