Sabido es, para aquellos que aman, que el solo roce incita al placer.
Verte plácida y ajena, verte desdichada y enérgica,
Difícil seria alejarme un segundo.
Dejar de besar la cornalina de tus labios
Dejar de mirar lo profundo de tus ojos
Dejar de desear el roce de tus manos.
¡Ah! ¡Los anhelos del ausente!
La espera se hace ingrata, mujer.
¡Suelta tus cadenas de una vez!
Necesito un segundo para volver a “estar”,
Un minuto a tu lado,
Eterno; Sin prisa.
¡Que compañera cruel es la distancia!
Unos cuantos metros, nos convierten en continentes,
Alejados cual polos nevados.
Si no amara las ansias de verte otra vez,
Diría (quizá) que:
“Aguardar es sinceramente horrible.”
4 de febrero de 2009
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6 Ideas:
muy chido el final, felicidades
Me han llamado masoquista. Gracias a tí entiendo porqué.
Y me siento tan bien por ello...
Hermoso texto. Saludos desde el ocaso...
Bellísimo como siempre. Y me gustaría ser capaz de decirte algo más, pero hoy no puedo. No hoy.
(Pero si puedo pedirte un favorcillo, pásate por mi blog, que te tengo una invitación http://ellibrodelospecados.blogspot.com/2009/02/meeeeeeee-meeeee.html )
Besos de siempre
Kirin
Qué lindo este poema, es muy bueno Essere, siempre es un placer volver a leerte. Un saludo.
Sin->cero
Pídeme disculpas cuando me olvides. Si me olvidas y me pides disculpas, es que en realidad me recuerdas.
Así que no puedes pedirme disculpas. Te lo prohíbo.
Además, todo mundo tiene cosas que hacer y una flojera a la que atender de vez en cuando.
Caballero, es un honor conocer su obra.
Me gusta este blog oscuro (L)
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